viernes, 31 de marzo de 2023

Mes de Marzo, mes de la Mujer



Y por fin antes de que finalice el mes, me decido a rendir homenaje y dar voz a las mujeres, luchadoras, anónimas, como la inmensa mayoría, y una ellas fue JULIA OCIO, mi vecina. JULIA se quedo viuda joven en aquellos años de la posguerra y tuvo que cuidar de sus animales, la huerta, trabajar la tierra y sacar adelante a sus hijos, aunque no sea más que por eso creo que merece un reconocimiento, sus hijos eran como mis hermanos mayores, me pasaba muchos ratos en su casa y me gustaba sentarme alrededor del fuego en aquella cocina baja que me fascinaba. 
 En más de una ocasión, yo o uno de mis hermanos estaba en casa de JULIA, mamá mandaba a otro de los hermanos a buscarle y se quedaban los dos, mandaba a otro y allí se quedaba también, mandaba al último y los cuatro felizmente nos quedábamos, olvidándonos de volver a casa hasta que tenía que venir ella a por los cuatro, creo que tenía mucha paciencia, pues yo no recuerdo nunca verla enfadada, ni alzar la voz.
 Otra cosa que me gustaba era acompañar a sus hijas a echar de comer a los animales y me llamaba mucho la atención como los bueyes lamían unas bolas grandes de sal que les dejaban en el pesebre. 
 En un ala de la casa vivía su suegra Rafaela con una de sus hijas y su yerno, y en el otro ala JULIA (mi protagonista) con sus 4 hijos así que su abuela termino siendo mi abuela Rafaela, pues yo no conocí a las mías (María y Teresa) ya que fallecieron las dos muy jóvenes. 
JULIA, allá donde estés un abrazo. Maite

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